Un martes cualquiera en Can Roca, te cruzas con vecinos de siempre. Esa señora que siempre lleva prisa hacia la parada del autobús 9, el mismo que para frente al Mercadona y que tantas veces te ha dejado esperando. Ahí, en medio de la conversación trivial sobre el tráfico en la calle Baldrich, surge la pregunta inevitable:
“¿Todavía no tienes el Permiso A1?”
Can Roca tiene ese encanto particular. Las calles te conocen tanto como tú a ellas. Pero moverse rápido no siempre es fácil. Aquí, donde aparcar en la calle Baldrich es casi un mito, el Permiso A1 no es un lujo: es una necesidad. No más depender del tráfico o del humor del conductor del bus. La libertad sobre dos ruedas está a un paso.
Laura, que vive en la misma calle, se acercó hace unos días. Con dudas, claro. Pero también con esas ganas de no tener que pedirle a nadie que la lleve. Ella ya ha sentido lo que es ir y venir a su antojo. Y tú, si todavía no te has decidido, ¿a qué esperas?
Imagínate: el viento en la cara, las calles de Terrassa bajo tus ruedas, dejando atrás el estrés de los horarios y las paradas. Es una imagen clara, ¿no? Como el olor a café que se escapa del bar de la esquina, donde siempre paramos antes de abrir la autoescuela.
¿Vas a seguir pidiendo que te lleven o lo hacemos ya?
Somos Autoescuela Piedra. Aquí, más que una autoescuela, somos parte del paisaje de Terrassa. Conocemos cada curva y cada historia. Te acompañamos en cada paso, con asesoramiento personalizado, porque sabemos que esto no es solo un papel: es tu independencia.
Desde Can Roca, estamos a solo 15 minutos andando, si decides disfrutar del paseo. En coche, ni te cuento, en un abrir y cerrar de ojos estás aquí. Y cuando llegues, sabrás que no estás solo, estamos contigo.
Esto es lo que hacemos. Y lo hacemos bien. Si vas a dar el paso, que sea con nosotros. Porque sabemos lo que necesitas y cómo ayudarte. Aquí, en Terrassa, donde cada esquina tiene una historia y cada paso cuenta.