En Can Palet, no es raro escuchar a alguien en la terraza del Bar Manolo, justo al lado de la parada del autobús, quejarse de lo difícil que es encontrar aparcamiento en la calle Montcada. Cada mañana, mientras tomamos el café, la conversación siempre termina en lo mismo: «Si tuviera el Permiso B+E, esto sería más fácil». No es solo el aparcamiento. Es la libertad de movimiento, de no depender siempre de alguien más.
El Permiso B+E es más que un simple papel en Terrassa. Es la llave para esos fines de semana en la montaña con la caravana, o para llevar el remolque cargado de bicis a Vallparadís. ¿Qué implica? Un poquito de teoría, un par de clases prácticas, y sobre todo, ganas de dejar de pedir favores.
Laura, que vive en la calle Baldrich, vino el otro día con dudas. Me decía que estaba cansada de organizar su vida alrededor del coche de su hermano. «Es que si llueve, si hace frío, ¿qué hago?», me preguntó. Y lo entiendo. Aquí, en Terrassa, el tiempo no siempre juega a nuestro favor.
Piensa en el Permiso B+E como una de esas llaves maestras que abren todas las puertas. Como cuando estás en la Plaça del Progrés y ves a alguien abrir su coche con un solo clic. No hay que pensarlo demasiado, solo hacerlo.
¿Vas a seguir pidiendo que te lleven o lo hacemos ya? En Autoescuela Piedra, sabemos lo que necesitas. No somos ajenos a tus calles, a tus problemas cotidianos. Somos parte de esto. Y te entendemos.
Desde Can Palet, llegar a la autoescuela es un paseo. A pie, son solo 20 minutos por la Rambla d’Ègara, tiempo suficiente para despejar la mente. En coche, ni te cuento; en menos de 10 minutos estás aparcando. Bueno, si encuentras sitio en la calle Baldrich, claro.
En Autoescuela Piedra, no solo damos clases. Ofrecemos asesoramiento personalizado, porque cada persona es un mundo. Sabemos que Terrassa no es igual para todos. Pero si decides dar el paso, queremos estar aquí. Con nosotros.